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Vengo pensando desde hace unos días que tenemos que hablar del origen del fenómeno de Cincuenta sombras de Grey. Y lo que quiero decir con eso, es que como la película está a puntito de salir del horno, las crtíticas favorables y desfavorables), los artículos que se le han dedicado (más o menos afortunados), tengo la sensación de que cada uno ha hecho valer su opinión acerca de la novela, y se ha olvidado de quien en realidad la concibió: Erika Leonard James.

Erika es una mujer sobre la cincuentena, normal y corriente, como cualquiera de nosotras, que vivía en las afueras de Londres cuando estalló el fenómeno de su novela, y que quiso mantener las siglas en su nombre para proteger el anonimato de sus hijos. Vamos, lo que venimos pregonando siempre. Que todo esto es muy normal. Todo lo que vino después, las traducciones a decenas de idiomas, la película… todo eso vino después.

Así que he recuperado la entrevista que dio en Madrid hace unos años, cuando Grijalbo editó la versión en castellano de la trilogía, y Erika vino a la presentación. Yo creo que, con las cosas que dice, queda más que claro que Cincuenta sombras de Grey no es porno para mamás, no es un libro ñoño, y, sobre todo, no pretendía levantar ampollas. Sólo hacer que quienes lo leyeran, pasaran un buen rato.

A las mujeres les gustan las fantasías sexuales porque la parte más erótica de su cuerpo está dentro de su cabeza. Creo que he destapado algo porque a todos, en cierto modo, nos gusta tener la fantasía del control. ¿Quién no ha pensado, harto de organizar todo, lo agradable que sería que otra persona nos llevara el control? “Fantasía” es la palabra, el hecho de que cada lectora pueda vivir “dentro de su mente” una historia como la protagonizada por Grey y Steele. Christian Grey es un personaje “del mundo de la fantasía: ridículamente guapo, absurdamente rico.

En esa misma entrevista, Erika dejó caer que aunque el público para que la estaba escrita y estaba siendo recibida con más calor era el femenino, que si los hombres la leyeran se abriría un frente de comunicación que ahora mismo, tal vez, esté algo cerrado.

Se confiesa lectora de novelas románticas y eróticas, y de ahí que se picara la curiosidad por contar una historia de dominación y sado vista desde el punto de vista de una mujer. Pero eso no quita que sea una historia escrita, casi, por su propio placer.

Ni Anastasisa ni Christian tenían una forma clara en su cabeza cuando empezó a escribir. Simplemente, fueron saliendo de su imaginario. Así, Christian tiene mucho de Príncipe azul de los cuentos pero, desde luego, no es un príncipe al uso. Quiere someter a Anastasia, quiere que ella se entregue a un tipo de vida que no compartía, en un principio.

a medida que iba escribiendo.

Un peculiar príncipe azul
La pareja continúa sus vivencias en las otras dos entregas, “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”, que saldrán a la venta en España el próximo 4 de julio. Lo que pretendía, dice la autora, es reflejar lo que sucede en una relación cuando la persona que se conoce tiene un tipo de vida específico que no se comparte.

“Es una fantasía basada en el concepto de redención, el amor que lo conquista todo”.

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