1. La Fusta “Sweet Sting”

Le doy la mano. Antes de que pueda darme cuenta, me golpea en el centro. Alza la mano derecha y vuelve a golpearme. Lo miro y veo deseo en sus ojos brillantes.
- “Nos proponemos complacer señorita Steele” – murmura Christian.
Camina a mi alrededor, sacude la fusta y me azota por debajo el trasero.
- ¿Te gusta esto, Anastasia? – me dice
- Sí
Me vuelve a azotar en el culo. Esta vez duele.
- “Sí, ¿Qué?”
- “Sí, Señor”

Lo más de lo más. I+D+i en estado puro. Tecnología desarrollada para azuzar a las bestias de tiro reconvertida en utensilio al servicio de los juegos de alcoba. 65 centímetros de mala baba con una empuñadura de cuero terminada en acero cromado. Como podéis ver en la foto la puntera no esta pegada sino que va cosida y va fijada a la vara. Equilibrada y de fácil manejo (a la que te descuidas ya le has soltado un varazo en las nalgas a alguien). Me ha llamado la atención la correa de cuero que lleva. Es igualita a la del mando de la Wii. Se me ocurren dos posibles explicaciones:

Opción uno: La gente de “La Caja de Grey” esta preocupada por la seguridad de los asistentes que se apunten a la orgía que han supuesto montaré (ojo no se me vaya a escapar el trasto).

Opción dos, se trata de alguna reminiscencia heredada de las fustas de equitación (supongo que cuando vas a 70km/h pegando saltos sobre un equino de 2 metros las probabilidades de que la fusta se vaya a tomar viento son altas).

En cualquier caso la fusta tiene muy buena pinta. Cualquier día de estos monto un concurso en facebook para votar la foto con la mejor marca de fusta en el culete. Azoteesss…

 

 

2. Esposas metálicas

Christian saca del cajón unas esposas de metal. Son macizas y el metal está frío.

- “Tengo ganas de usarlas contigo ahora.  ¿Quieres jugar?” – me dice Christian en voz baja, y el deseo explota en lo más profundo de mi vientre.

- “Sí” – jadeo.

- “Esto no va a doler, Anastasia. Pero va a ser intenso. Muy intenso, porque no voy a dejar que te muevas. ¿Entendido?”

Se trata de unas esposas extremadamente realistas. Aclaro este punto;  no es que este acostumbrada a terminar con unas de verdad en las muñecas cada vez que salgo de fiesta (aunque merecérmelo me lo merezco). Solo tocarlas se nota que si atas a alguien con ellas a la pata de la cama, de ahí no se mueve. Nota para las que ya esteis elucubrando un plan para raptar al vecino buenorro del primero y esposaroslo al tobillo; las esposas tienen una especie de palanquita para poder abrir las esposas sin necesidad de utilizar la llave. Dentro de la caja viene una bolsita la mar de mona para guardarlas o para llevarlas siempre encima (una  nunca sabe cuando puede llegar a necesitar esposas).

Puedes encontrar aquí las esposas.

 

 

3. Los Antifaces

Saca el antifaz del bolsillo de atrás.

- “Creo que ya has visto bastante” – murmura Christian.

Me pone el antifaz por encima de la cabeza hasta cubrirme los ojos.  Se me acelera la respiración.

- “¿Por qué es tan erótico no ver nada?”

Un juego de antifaces en dos colores. Uno negro y el otro gris. Sirven para tapar los ojos, los de una misma o los de tu pareja. ¿Habéis probado alguna vez a hacerlo con los ojos tapados? Si la respuesta es no, corre a apuntarlo en tu lista de propuestas a tu Grey, no te arrepentirás.

Por lo demás, comentar que se trata de unos antifaces de diseño sobrio y elegante. De hecho son lo suficientemente discretos como para meterlos en el bolso la próxima vez que coja el puente aéreo. Ya sea para dormir o para someter a control de calidad a algún azafato en el lavabo del avión. Llamadme desequilibrada pero tras probar los probadores del corte inglés (redundántemente excitante) la próxima cosa a tachar de mi lista de “cosas a hacer antes de pasar a mejor vida” es montármelo en el baño de un Airbus.

Puedes encontrar aquí los antifaces.

 

4. Látigo de tiras

 En la mano derecha lleva un látigo de tiras.

- “Tócalo” – susurra Christian.

Tímidamente alargo el brazo y rozo los largos flecos. Tiene muchas frondas largas, todas de suave ante.

- “Lo voy a usar. No te va a doler, pero hará que te corra la sangre por la superficie de la piel y te la sensibilice”.

Me coge por sorpresa. No me duele, produce un fuerte hormigueo por todo el cuerpo.

Este látigo de tiras es probablemente el artilugio más llamativo de la colección. Se trata de un enser a medio camino entre una fregona sin palo y la madeja de los “picaos”. Aunque no se aprecia en las fotos, las tiras son de satén. Si las acaricias se notan que son suavecitas. Las tiras son lo suficientemente ligeras como para poder azotar con fuerza sin hacer daño a tu pareja. El mango esta forrado en cuero y adornado con unos remaches que le dan un toque medieval. Aquellas que llevéis tiempo pensando en comenzar una colección de armas medievales para adornar la pared de vuestra Habitación Roja del Dolor estáis de enhorabuena, será posiblemente una de las mejores piezas de la exposición.

Puedes encontrar aquí el látigo de tiras.

 

5. Bolas de plata

“-¿Confías en mi?” – me pregunta Christian en voz baja.

Asiento.  Me tiende la mano. En la palma lleva dos bolas de plata redondas y brillantes unidas por un grueso hilo negro.

- “Esta vez es para darnos placer, Anastasia, a ti y a mí”.

Las bolas se impulsan dentro de mí y me pierdo en un mar de sensaciones.

Son dos y son plateadas. Vienen dentro de un estuche de color negro. Son metálicas y están unidas por un hilo a una anilla. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol.

Cuando digo que son metálicas, me refiero a “mazizamente” metálicas. Hay bolas de silicona, bolas de PVC y bolas métalicas huecas. Estas son todo metal. Tienen un diámetro de 3,3cm y pesan 220g. Si nunca habéis probado unas bolas chinas es probable que queráis optar por las bolas de silicona que también podréis encontrar en la Colección Oficial de juguetes de 50 Sombras en La Caja de Grey. ¿Lista para desatar a la Diosa que llevas dentro?

Puedes encontrar aquí las bolas

6. El Plug

- “Cuando estés lista, también querré esto. Hoy no, dulce Ana, pero un día…”

- “Te deseo en todas las formas posibles. Quiero poseer cada centímetro de tu cuerpo. Eres mía”.

Yo pienso en el dilatador anal, y todo se contrae en mis entrañas.

El nombre de este juguete me ha hecho gracia. En castellano “Plug” significa algo así como enchufe. Creo que podéis haceros una idea de como funciona y donde se enchufa. Es de silicona blandita de color negro y tiene una anilla para extraerlo.

Puedes encontrar aquí el plug.

 

7. Azotador

- “Estate quieta,  o tendré que azotarte más rato”.

Empieza a seguir un ritmo: caricia, manoseo, azote. Me vuelve a dar y me acaricia con suavidad. La combinación de dolorosos azotes y suaves caricias me nubla la mente por completo.

- Me gusta el control que me proporciona, Anastasia. Quiero que te comportes de una forma concreta y si no lo haces, te castigaré, y así aprenderás a comportarte como quiero.

El azotador. Una versión más chic de lo que viene siendo una clásica pala de cricket al uso. Tiene suficiente momento de inercia como para golpear una pelota de paddle o hacer sonrojar al más prieto de los traseros. Esta fabricado en satén y piel. Satén a un lado, piel en el otro para azotar a tu pareja a la voz de una de cal y una de arena. En las instrucciones el fabricante sugiere (sí, lleva un manual de instrucciones titulado “Como usar la Paleta de Zurras”) comenzar por el lado más suave (el de satén) para luego pasar al cuero (yeah! baby!) a la vez que se incrementa la intensidad de los azotes.

Podéis encontrar aquí el azotador.

 

8. Mini Vibrador

En la foto es pequeño, bonito y brillante, sin embargo la gracia de este juguete esta en verlo funcionando. Lo pensé. No obstante lo malo de las fotos es que de haberlo hecho lo único que hubierais visto hubiese sido el mismo cilindro metálico pero borroso.  Tengo un muñequito de esos de Playmobil encima del escritorio y la primera idea que tuve fue pegarlo con celo al vibrador, ponerlo a funcionar y grabarlo con video. No descarto acabar haciéndolo un día de estos.

 

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